“La conspiración lunar ¡vaya timo!” es un libro de Eugenio Fernández Aguilar, físico sevillano afincado en Cádiz y a la sazón editor del estupendo blog “Ciencia en el XXI”. Es el décimo título de la colección “¡vaya timo!”, cuyo común denominador es el abordaje de mitos pseudocientíficos y supercherías de diverso pelaje, y cómo el pensamiento racional y el rigor científico pueden desmontarlos con facilidad. En este caso, el objeto de análisis son las teorías conspirativas que afirman que el hombre jamás llegó a la Luna, y que por lo tanto toda la evidencia del programa lunar no es más que un colosal montaje.
La idea de que nunca llegamos a la Luna es sin duda uno de los bulos más divertidamente ridículos que podemos encontrarnos, lo que no es óbice para que sea uno de los más extendidos. Además de la mentira y la manipulación –habituales en toda teoría conspiranoica que se precie– han contribuido a ello diversos factores, tales como la falta de conocimientos de muchos de los receptores del bulo y el efecto bloqueante que sobre el sentido común ejerce a veces el asombro ante una proeza tecnológica y científica como en su conjunto fue el Programa Apolo. Vaya en descargo de lo primero que algunos de los supuestos argumentos que se han esgrimido en pro de la conspiración lunar encierran medias verdades o sutilezas que requieren no sólo una aproximación crítica sino también una cierta compresión de los fenómenos subyacentes. Otros son sin embargo sonrojantes patochadas que sorprendentemente han encontrado su nicho memético y continúan propagándose. Tanto las afirmaciones del primer tipo como del segundo son en cualquier caso cuidadosamente demolidas en esta obra.
Tras una breve recapitulación del programa lunar y de las diferentes misiones Apolo que llegaron a depositar astronautas sobre la superficie de la Luna, el libro entra en materia con la conspiración mostrando en primer lugar a los actores principales de la misma, esto es, a sus más conocidos defensores y difusores, periodistas y escritores que han hecho de este bulo –y en algún caso de otros más– una forma de [ganarse la] vida. Acto seguido se consideran una a una hasta 50 hipótesis que intentan refutar la llegada del hombre a la Luna. Tal como el propio Eugenio comenta, estas 50 hipótesis no constituyen una lista exhaustiva pues no se puede desestimar la capacidad inventiva de los conspiranoicos, aunque sí que proporciona una muestra representativa de las objeciones más conocidas y de su tipología. Así, nos encontramos con hipótesis que aducen algún tipo de imposibilidad física para el viaje (e.g., atravesar los cinturones de Van Allen, soportar las temperaturas de la cara iluminada de la Luna, etc.), hipótesis que se centran en aspectos tecnológicos (e.g., los ordenadores de la época tenían una capacidad de cómputo insuficiente, el módulo lunar no tenía bastante combustible para volver, etc.), hipótesis basadas en supuestas inconsistencias o fallos en la evidencia audiovisual (e.g., fotos sin estrellas, sombras anómalas, la bandera que ondea sin atmósfera, etc.), hipótesis construidas sobre material notoriamente falso (e.g., parodias documentales, vídeos secretos, etc.) y, como no, elementos conspirativos puros y duros (e.g., vídeos que se pierden, astronautas asesinados, lavados de cerebro, etc.). Cada una de estas hipótesis recibe su dosis de análisis crítico y es inexorablemente desmontada. El libro concluye con una lista de 10 pruebas contundentes de que sí se visitó la Luna, y con un capítulo de testimonios de cómo vivieron el alunizaje diferentes periodistas y científicos conocidos tales como Jesús Hermida, Miguel de la Quadra-Salcedo o Manuel Toharia entre otros.
El libro está escrito en un lenguaje claro y en un tono muy ameno. Destaca la cantidad de diagramas y de reproducciones en color de fotografías o fotogramas del proyecto lunar. Obviamente este detalle resulta fundamental, ya que muchas de las hipótesis consideradas se centran precisamente en anomalías en el material fotográfico. Algunas de las reproducciones fotográficas resultan un tanto pequeñas, por motivos quizás de producción. No obstante, todas las fotografías mostradas están en el dominio público y pueden consultarse por Internet. El mismo Eugenio recoge en su blog enlaces a las fotografías y vídeos relacionados en el libro. En resumidas cuentas, se trata de un libro muy entretenido y de lectura interesante, no sólo desde el punto de vista de refutar la conspiración lunar, sino también como medio para aprender sobre numerosos aspectos de las misiones Apolo y de las condiciones ambientales en la Luna.