La Singularidad Desnuda

Un universo impredecible de pensamientos y cavilaciones sobre ciencia, tecnología y otros conundros

«El Reino de los Muertos» de Nick Drake

Posted by Carlos en julio 31, 2010

«El Reino de los Muertos» es la segunda incursión novelística del escritor inglés Nick Drake en el Antiguo Egipto, y en ella nos ofrece una entretenida historia que combina elementos de intriga y novela negra con un apasionante telón de fondo de ficción histórica.

La historia transcurre en el año 1324 a.C., durante la turbulenta época en la que el jovencísimo Tutankhamón ostentó el reinado de las Dos Tierras de Egipto. El protagonista de la obra es Rahotep, el «buscador de misterios», detective jefe de los medjay de Tebas, una suerte de cuerpo policial urbano. Rahotep es en cierta forma un verso libre, un hombre desencantado de la sociedad por mor de la descarnada visión de la misma que su trabajo le proporciona, cuya integridad le ha llevado a un punto muerto en su carrera profesional, y cuyo único punto de apoyo es su mujer e hijos. Es en cualquier caso un gran detective, con gran capacidad deductiva e investigadora, y que ha sabido cultivar la amistad de Najt, un noble tebano con gran pasión por las artes y las ciencias con el que le une una relación diríase que familiar. La trama arranca con el descubrimiento de un asesinato sumamente inusual: la víctima es un joven muchacho cuya edad, fisionomía y ligera discapacidad en una pierna guardan una gran similitud con Tutankhamón, rey de Egipto (nominalmente, ya que el poder lo posee el regente Ay, que gobierna el país con mano de hierro). No sólo era perturbador el parecido con el faraón, sino la forma misma del crimen: los huesos de brazos y piernas estaban múltiplemente fracturados, los ojos habían sido extraídos, su cara pintada con el Ojo de Ra, y el cuerpo colocado según el rito funerario, incluyendo un trozo de lino con un conjuro protector. Lo más sorprendente es que no había signos de resistencia de la víctima, lo que sugería que ésta había sido drogada. Este suceso tuvo lugar apenas un día antes de la fiesta anual de la inundación del Gran Río, marcada por la aparición en el cielo de Sirio, la Estrella del Perro. Durante este fiesta el faraón y su esposa Anjesenamón harían una aparición pública coincidente con el benéfico desbordamiento del Nilo y durante la cual tendría lugar otro suceso turbador: personas entre la multitud consiguieron acercarse lo suficiente al faraón como para arrojarle unas bolsas con sangre de cerdo como acto simbólico de protesta por los oscuros días que la sociedad egipcia sufría. Estos sucesos aparentemente inconexos acabarían por revelarse como relacionados y precipitarían la intervención como actor principal de Rahotep, convocado por la propia Anjesenamón en persona. Se nos revela que Rahotep mantuvo una estrecha relación con la familia real en el pasado, durante el reinado de Akenatón, el faraón que hizo temblar los cimientos de la sociedad egipcia al instaurar el monoteísmo (esta relación no se nos desgrana, y los detalles de la misma no son relevantes para la historia, aunque pueden encontrarse en la novela anterior de Drake, «El Reino de las Sombras»). Esta relación es la que ha llevado a la joven emperatriz a llamar a Rahotep, siguiendo el consejo que su difunta madre Nefertiti le dio. Los motivos de la preocupación de Anjesenamón no se reducen al incidente público anterior, sino a otros sucesos mucho más perturbadores: en sus aposentos y los del rey están apareciendo extraños objetos amenazantes, tales como tallas profanadas en las que sus nombres reales han sido borrados, figuras de cera con maldiciones rituales ancestrales, o máscaras mortuorias confeccionadas con restos humanos y acompañados de extraños símbolos, incluyendo un sol negro. Toda la simbología contenida en las mismas es sin duda relevante y un misterio que Rahotep debe resolver, junto con la cuestión evidente de cómo pudieron llegar dichos objetos al corazón del Palacio Real burlando la seguridad del mismo.

Todos estos acontecimientos resultan además coincidentes en el tiempo con la próxima inauguración de la Sala Hipóstila en honor a Amon-Ra, durante la cual se nos revela que los jóvenes reyes planean secretamente hacer el anuncio público de que toman factuamente el poder en detrimento del viejo regente Ay. No es éste sin embargo el único contendiente en la lucha interna por el poder, ya que en Menfis se encuentra Horemheb, general de los ejércitos al frente de la guerra contra el reino de los hititas en el norte, esposo de Mutnodjmet -hermana de Nefertiti y tía de Anjesenamón- y que consciente de la inestabilidad política y de la fortaleza de su posición anhela también el trono. Rahotep debe velar por la seguridad de la joven pareja real en este escenario, desde su nuevo puesto como investigador personal del rey. La magnitud y complejidad de la amenaza invisible que se cierne sobre los monarcas no hace más que aumentar cuando se descubren dos nuevos cuerpos. El primero corresponde al de una joven prostituta cuya fisionomía remeda a Anjesenamón. Su rostro y cabello ha sido extirpado con precisión de cirujano para ser sustituido por una hoja de oro, y en torno a su cuello el asesino dejó un valioso colgante con un amuleto anj. El otro cuerpo es el de un joven, pero en este caso se da la circunstancia de que el asesino debió verse sorprendido y abandonó a la víctima aún con vida. Con la esperanza de que este último pueda darle alguna pista sobre la identidad del asesino, Rahotep lo deja a cargo de Najt para que se recupere de sus terribles heridas, y le confía a este la hipótesis de que el símbolo del sol negro puede ser más que un caso de iconoclastia contra Ra y representar un eclipse. Intrigado por esta revelación, Najt acompaña a Rahotep a los archivos del templo de Karnak a los que él tiene acceso, con el fin de revisar las cartas astronómicas contenidas en su inmensa biblioteca. Estas cartas resultan no contener información sobre eclipses, aunque la insistencia y perspicacia de Rahotep hacen confesar a Najt que existen otros libros secretos sobre astronomía a los que sólo una elite tiene acceso, pero asegura que tampoco contienen información al respecto. Los eventos terminaran por precipitarse cuando Tutankhamón se proclame rey durante la inauguración de la Sala Hipóstila y decida cumplir con el ritual de cazar un león salvaje en el desierto con el fin de afianzar su imagen de poder ante el pueblo. Durante el viaje al desierto, en el que Rahotep toma parte como miembro de la seguridad personal del faraón, deberán pasar por Menfis -la ciudad de Horemheb- y descubrirán que ni en el desierto están a salvo de la mano invisible que se cierne sobre el rey. Esta mano parece no solo controlar los acontecimientos, sino estar jugando con Rahotep, marcándole cuidadosamente el camino que debe seguir en todo momento.

Drake nos muestra una visión de la sociedad egipcia alejada del simplismo épico y la majestuosa grandilocuencia de otras epopeyas faraónicas. En ella vemos un reflejo de hábitos y circunstancias acaso intemporales, como son la corrupción, la delincuencia común, el narcotráfico o la prostitución. Aunque uno tiene la impresión de que hay bastantes detalles que son remedos de la sociedad actual, traslados al Antiguo Egipto por licencia literaria del autor, los acontecimientos históricos que conforman el telón de fondo son consistentes con la historia conocida del periodo, incluyendo todas las circunstancias que rodearon la vida y muerte de Tutankhamón. La trama policiaca conjuga elementos que recuerdan a Jack el Destripador (simbología ritual, mensajes ocultos, sociedades secretas, …) y se entremezcla con la intriga por el poder y en menor medida con la lucha religiosa entre monoteísmo y politeísmo. En el debe de Drake hay que decir que esconde hasta el último tercio del libro uno de los eslabones que permiten desentrañar el misterio de la trama, aunque consigue mantener el interés hasta el final. No puede decirse que el desenlace ofrezca el súmmum del clímax, pero llegados al final de la novela el balance global es positivo. Es una lectura entretenida para unas tardes de verano en las que -con un poco de imaginación- el calor y la arena de la playa nos pueden transportar al Antiguo Egipto.

Una respuesta to “«El Reino de los Muertos» de Nick Drake”

  1. No he leído la novela que comentas, pero he estado mirando algunos posts antiguos, como el de la maquina de calcular vintage que tanto me ha recordado al steampunk. Yo también llevo un blog donde hablo sobre ciencia ficción, entre otros temas, y buscando llegué a este interesante blog al que me suscribo ahora mismo. Muchas felicidades por tu trabajo.

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