La Singularidad Desnuda

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Estrategias de inmortalidad en el mundo natural

Posted by Carlos en abril 18, 2008

A través de Microsiervos he llegado a un apunte en Novedades Científicas en el que se hace eco del descubrimiento de evidencia del que podría ser el ser vivo más longevo conocido, una conífera noruega cuyo sistema de raíces tiene restos en estratos correspondientes a 9.550 años de antigüedad (lo que en principio sería una cota inferior de la edad de este organismo en particular). Este apunte me hizo recordar a otro organismo también de record y que podría competir (y de hecho apabullar a esta conífera) en términos de longevidad. Se trata de Pando, un bosque de álamos temblones radicado (nunca mejor dicho) en Utah, EE.UU. También conocido como El Gigante Tembloroso, Pando es una colonia clónica de árboles que comparten el sistema de raíces. Todos los miembros de la colonia tienen el mismo perfil genético, lo que unido a la compartición de las raíces justifica pensar en la colonia como un único organismo, del que cada miembro clónico sería sólo una extremidad.

Pando quaking aspen clonal colony

Este organismo es realmente formidable, con una extensión de 43 Ha, un peso de 6.000 toneladas, y una edad estimada en 80.000 años. Para tener una idea de lo que esto significa, el hombre llegó a América procedente de Asia hace unos 10.000-20.000 años, más o menos el momento en el que se produjo la última (hasta ahora) floración de Pando: los cambios climáticos han hecho del ambiente actual un entorno muy diferente del aquél en el que Pando surgió. Hay incluso cierta controversia en cuanto a la estimación exacta de la edad del organismo, y hay quien aventura que podría ser de un millón (!) de años. De hecho, se especula con que otros organismos similares menos estudiados también en Utah podrían tener más edad que Pando. Incluso sin ir tan lejos, hay un formidable ejemplo de colonia clónica en Ibiza: se trata de un ejemplar de Posidonia oceánica, una planta marina, de 8 km de largo y unos 100.000 años de antigüedad (esto es, más que la estimación actual de la edad de Pando).

Si lo anterior es realmente asombroso, hay otro organismo (animal para más señas) que realmente riza el rizo y puede considerarse en cierta medida inmortal. Se trata de la Turritopsis nutricola, una hidromedusa que tiene la fantástica capacidad de revertir su estado adulto y convertirse de nuevo en pólipo. Este proceso puede repetirse indefinidamente, lo que a efectos prácticos supone que un ejemplar nunca muere como tal. Este comportamiento fue descrito por Stefano Pireano y colaboradores en un trabajo titulado

publicado en 1996 en The Biological Bulletin. El proceso por el cual se produce una nueva diferenciación de células ya diferenciadas se denomina transdiferenciación, y es mediante el que algunas especies animales consiguen regenerar algunos de sus órganos. Sin embargo, la completa vuelta a la infancia de esta medusa es realmente excepcional. Hay un análisis más detallado del ciclo vital de esta especie en otro trabajo -también de Pireano y colaboradores- titulado

publicado en Tissue and Cell. Desde el punto de vista externo, el proceso es bastante curioso, ya que la medusa evierte su umbrela y reabsorbe los tentáculos, fijándose a una roca por lo que anteriormente constituía su parte interna. Hay una figura ilustrativa de todo el proceso aquí.

turritopsis nutricula

15 respuestas to “Estrategias de inmortalidad en el mundo natural”

  1. Juanlu said

    Un artículo muy ameno, gracias Carlos. Evidentemente, la especie humana tendría que buscar algún otro tipo de estrategia para la «superlongevidad». ¿ Te atreverías a especular un poco? 😉

  2. Ameno, original, interesante y muy instructivo.

    Como siempre.

    Gracias Carlos.

  3. […] https://singularidad.wordpress.com/2008/04/18/estrategias-de-inmortalidad-en-el-mundo-natural/ […]

  4. panta said

    Impresionante.
    Una duda : ¿Cómo resiste este ‘árbol-bosque’ las variaciones climáticas sin él mismo cambiar (mutar?) ?
    Saludos.

  5. La inmortalidad llegará de la mano de la cibernética. El cerebro humano se fusionará con las máquinas.

  6. Juanlu said

    Octopusmagnificens: Creo que inmortalidad es un término un poco exagerado… ni elfos ni vampiros lo son realmente 🙂 Superlongevidad ??

  7. Puede ser exagerado, Juanlu, pero un sistema cerebral tal cual, mitad orgánico mitad inorgánico, podría ser capaz de autorepararse, expander su consciencia y hacerse inmune al envejecimiento. Una entidad así sería técnicamente inmortal y solamente podría ser destruida de forma digamos traumática.

  8. Nemolex said

    Muy buen articulo Carlos. Personalmente, en mi caso preferiría hablar de estrategias exitosas autopreservación, lo cual no es poco. Me traes a la memoria al interesante «Micromegas», título y personaje de un cuento en algún lugar calificado como de pre-ciencia-ficción, desde Voltaire reflexiona un poco sobre la relativa (esta palabra es mia) extensión del tiempo, la vida y los sentidos.

    «Replicóle Micromegas:
    -Si no fuerais filósofo, temería desconsolaros diciéndoos que nuestra vida es setecientas veces más larga que la vuestra; pero ya sabéis que cuando llega el momento de reintegrarse a la naturaleza, para reanimarla bajo distinta forma -que es a lo que llaman morir-, cuando llega ese instante de metamorfosis, lo mismo da haber vivido una eternidad o sólo un día.»

    Saludos

  9. Carlos said

    @Juanlu: la cuestión en el caso humano es muy interesante porque la circunstancia adicional de la consciencia y su continuidad. En el caso de Pando o de la medusa hay una continuidad biológica, y esto es razonablemente suficiente para considerar que hay superlongevidad (o inmortalidad, al menos mientras no cambien drásticamente las condiciones ambientales o haya acción directa externa). En el caso humano podría haber continuidad biológica mediante clonación o regeneración, pero si hubiera discontinuidad mental absoluta (por ejemplo, si un ser humano volviera a un estado embrionario como la medusa, y los procesos mentales tuvieran un reset y la memoria se borrara a bajo nivel) podría argüirse que el individuo ya no es el mismo. Por otra parte, si la mente fuera puramente algorítmica y se cargara en un dispositivo de cómputo sin sustrato biológico, también cabría la duda de si ése es el individuo o sólo una copia/simulación del mismo. Una continuidad a los dos niveles (biológico y mental) posiblemente requeriría de una hibridación como apunta octopusmagnificiens. Luego, quién sabe, si hay continuidad mental y transición suave en el sustrato computacional, la cuestión de la identidad personal entra en un terreno más filosófico que otra cosa. Saludos.

  10. Carlos said

    @Francisco: ¡Muchas gracias!

  11. Carlos said

    @Panta: hasta donde sé, las variaciones climáticas a las que ha estado sujeto el organismo-bosque parece que no han sido lo suficientemente amplias como para comprometer su existencia, aunque no haya podido reproducirse en miles de años. Lo cual dicho de paso es fantástico teniendo en cuenta que ha habido glaciaciones de por medio. Saludos.

  12. Carlos said

    @Nemolex: ¡muchas gracias! Qué buena cita la de Micromegas. Saludos.

  13. […] Via La Singularidad Desnuda, […]

  14. v said

    La ecistencia del ser humano deve ser algo mas que vivir unos miserables 90 años, si encontramos la tecnologia para ser inmortales tenemos el dever de utilizarla, al ignorar si esiste de verdad mas vida mas alla de este planeta nuestro dever es protejerla, pasando por ensima de ideales politicos religiosos o filosoficos

  15. Caesar said

    Para octopus y Carlos: estoy de acuerdo en que la unica forma de inmortalidad humana real sería la del cambio de receptáculo de la consciencia. Pasar de homo sapiens a homo machina sapiens, por definirlo de alguna manera, sería la única forma de evitar el deterioro físico y, por tanto, hacer que el tiempo, el transcurrir, el movimiento, no sea letal para el ser humano. En cuanto a si seríamos copias de nosotros mismos o nosotros mismos es un dielma filosófico interesante; pero eso puede pasar en cualquier momento de perdida de la consciencia, por ejemplo cuando dormimos… Me gusta imaginar que seremos (me refiero a nuestra especie, desgraciadamente no a los individuos que escribimos aqui) lo suficientemente longevos como para viajar a las estrellas lejanas, ya que el tiempo no será importante y nuestro concepto del mismo cambiará. Sobre esto hay una serie de anime absolutamente genial que se llama ghost in the shell; ya deliciosamente anacrónica pero de una vigencia filosófica absoluta. Saludos y nos vemos a traves de la red de comunicaciones del planeta Tierra… de momento…

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