La Singularidad Desnuda

Un universo impredecible de pensamientos y cavilaciones sobre ciencia, tecnología y otros conundros

«Pushing Ice» de Alastair Reynolds

Posted by Carlos en noviembre 17, 2006

Pushing Ice es la última novela de Alastair Reynolds, uno de los buques insigna de la nueva ciencia-ficción británica (a pesar de estar afincado en Holanda). A diferencia de casi todos sus anteriores trabajos (la excepción sería Century Rain), la acción de Pushing Ice no transcurre en el universo de Espacio Revelación (Revelation Space), sino en otro que en cierta medida es más próximo: la breve introducción tiene lugar en un futuro que aunque aparentemente lejano (miles de años) no da la impresión de ser alienígeno, e inmediatamente después la acción se sitúa en un futuro muy cercano (mediados del s. XXI). Esto hace que sin duda se pueda empatizar más con los personajes, que están retratados al estilo habitual de A. Reynolds: ambivalentes, nada idealizados, y con diferentes matices que eliminan cualquier atisbo de maniqueísmo.

Durante toda la novela convivimos con la tripulación de una astronave minera, el Rockhopper. Esto no quiere decir que todos los protagonistas de la historia sean rudos astronautas. Por el contrario, la tripulación de la nave está compuesta por científicos e ingenieros, además de ejecutivos de diferente nivel, y por supuesto los astronautas que hacen el trabajo más duro: capturar cometas para explotar sus recursos. A esta labor es precisamente a la que responde el título de la novela, que además es el lema de todos los tripulantes de la nave (y en general de todos los que se dedican a esa profesión). La repetición frecuente del mismo («We push ice, that’s what we do«) en el texto, crea una familiaridad (e incluso una camaradería) con los personajes, casi como si uno fuera uno más del gremio.

Los acontencimientos se desencadenan cuando tiene lugar un hecho sorprendente: Jano, una de las lunas de Saturno, abandona su órbita y empieza a desprenderse de su corteza helada, revelando que nunca fue un cuerpo natural, sino un objeto artificial, posiblemente una astronave de algún tipo. El Rockhopper es la astronave más cercana a Jano, y recibe la misión de acercarse cuanto puedan (idealmente llegando a aterrizar en Jano) y recopilar cuanta información puedan. La misión no es fácil, dado que Jano se aleja a gran velocidad en dirección a Spica, una estrella situada a 260 años luz de la Tierra. La observación detallada con telescopios desde la Tierra revela que en torno a ese sistema hay un gigantesco objeto, sin duda artificial, ya que tiene forma fusiforme.

En su persecución de Jano, que aunque inicialmente viaja cada vez más rápido, parece de repente ralentizar su marcha (como pretendiendo ser alcanzado), el Rockhopper se ve enfrentado a un dilema: intentar alcanzar a Jano o tratar de regresar a la Tierra. Ambas opciones se plantean no ya en términos de cumplir o no la misión, sino de supervivencia, ya que no está claro que regresar sea factible dada cierta incertidumbre acerca de la disponibilidad de combustible. Eventualmente (aproximadamente primer cuarto o tercio de la novela), los acontecimientos depararán que el destino del Rockhopper quede unido al de Jano, pero aquí es donde lo realmente interesante comienza: sobrevivir en Jano, y enfrentarse a lo que espera cuando llegue a su destino…

Quien haya leído las novelas del ciclo de Espacio Revelación, tendrá constancia de cómo A. Reynolds tiene un arte especial para mostrar tanto ciencia como tecnologías hiper-avanzadas de manera posibilista, y en esto Pushing Ice no es una excepción. La noción de relatividad del tiempo es esencial, y la femtotecnología tiene un lugar muy relevante en la trama. También hay criaturas realmente alienígenas, con motivaciones que parecen más allá de la comprensión, y sobre todo, hay un sentido de enormidad cósmica en la trama: no se trata de contar las tribulaciones de unos humanos en el sitio equivocado, sino una historia cuya escala está muchos, muchísimos, órdenes de magnitud por encima de eso. Esto es una de las características distintivas de A. Reynolds, muy presente en Espacio Revelación, y que en contra de lo que la aparente localidad de los acontecimientos en gran parte de la novela pudiera hacer pensar, consigue también en Pushing Ice. Lo fantástico es que a pesar de la majestuosidad de la trama, y cómo ésta se va revelando, Reynolds consigue proporcionar un desenlace satisfactorio. Esto convierte a esta novela en una de sus mejores (si no la mejor, al menos a la par con Espacio Revelación) obras. En resumen, totalmente recomendada para los que disfruten de la ciencia ficción dura, la space opera, y abominen de los personajes en blanco y negro y unidimensionales.

Una respuesta to “«Pushing Ice» de Alastair Reynolds”

  1. […] en la trama relativa al aislamiento en la superficie de Médula con los acontecimientos de “Pushing Ice” de Alastair Reynolds. El cambio de ritmo una vez se rompe dicho aislamiento es brutal, y a partir de ahí el ritmo es […]

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