Ya hemos hablado con anterioridad acerca del castor afanoso y de su equivalencia con el problema de la parada que -recordemos- es el ejemplo paradigmático de problema no computable y sobre el que se asienta toda una jerarquía de clases de problemas basadas en oráculos para la resolución del mismo. El problema del castor afanoso enraiza pues de forma esencial en el modelo de computación de Turing, por lo que resulta fundamental avanzar en su compresión y resolución. Precisamente en este sentido hay que enmarcar un reciente trabajo de H.R. Peinetti y colaboradores -de la Universidad Nacional de La Pampa, la Colorado State University y el U.S. Geological Survey- titulado
y publicado en Ecological Modelling. En este trabajo Peinetti et al. presentan un modelo de las complejas interacciones del castor con su entorno y con su comunidad. Los resultados de simulaciones a largo plazo del modelo arrojan revelaciones de gran interés en relación con el comportamiento asintótico del castor afanoso, lo que a su vez constituye una información de enorme valor con vistas a la construcción de oráculos para el mismo. De llegar a sustanciarse estos oráculos estaríamos en puertas de un salto trascendente en los modelos de cómputo vigentes, lo que sugiere que quizás otras líneas actuales de investigación en computación cuántica o computación con ADN deberían irse paulatinamente redireccionando hacia el área del artículo reseñado.
Actualización: Como el lector habrá advertido con toda seguridad, este artículo es sólo una broma, cumpliendo con la tradición del 28 de diciembre. Por más que la vida social del castor pueda ser apasionante, los investigadores en computación cuántica pueden estar tranquilos: no es previsible que tengan que dedicarse a estudiar estados de superposición de estos simpáticos roedores.