La Singularidad Desnuda

Un universo impredecible de pensamientos y cavilaciones sobre ciencia, tecnología y otros conundros

Un Viaje de Iluminación

Posted by Carlos en junio 2, 2008

La Región Administrativa de Hong Kong tiene una infraestructura de transporte fantástica. El metro -por ejemplo- es un portento de limpieza, eficiencia y comodidad, así que aprovechando que tenía la mañana del domingo libre, me desplacé a Lantau, al oeste de Hong Kong y a unos 20 minutos más o menos en metro. El lugar más emblemático del lugar es con certeza el Buda de Tian Tan, una gigantesca estatua de bronce de 34m de altura, la mayor del mundo representando a Buda sentado (al menos mientras no se finalice otra que están construyendo en Phuket). La mejor forma de acceder es desplazándose en metro hasta Tung Chung, y tomando ahí un teleférico que te lleva hasta el Monasterio de Po Lin. El teleférico es nuevo, y las cabinas están totalmente acristaladas, por lo que se tiene una espectacular visión panorámica de todo el ascenso. Al llegar al final del trayecto se encuentra uno con Ngong Ping Village, un mini-parque temático construido al estilo de un poblado chino en el que se pueden comprar todo tipo de recuerdos, artesanía o ropa, tomarse un café Starbucks, o ver documentales sobre Buda. Cinco minutos andando, y se llega a la base de la escalinata en cuyo final aguarda serenamente Buda.

Stairway to Enlightenment

Lo empinado de la escalinata ayuda a depurar la mente y el cuerpo, alcanzándose una increíble sensación de relax al llegar a la parte superior, descansar, y sentir la brisa en el rostro. Desde la plataforma en la que se asienta el Buda se tiene una hermosa perspectiva del valle, del monasterio, y de los islotes próximos a la costa. Rodeando la estatua podemos encontrar ocho estatuas más pequeñas de las Inmortales, cada una de las cuales realiza una ofrenda diferente a Buda Amitābha. El interior de la plataforma puede visitarse también, y contiene un pequeño museo.

In the Po Lin Monastery

El descenso se hace de manera mucho más ligera, y se llega al monasterio con ánimos renovados. Tras el gran arco de entrada se encuentran las pagodas del monasterio, en cuyo interior hay diferentes imágenes de Buda. Los visitantes son en su inmensa mayoría orientales, y realizan todo el ritual de saludo (incluyendo en algún caso postrarse en el suelo, aunque esto parece más bien fervor individual). El olor a incienso permea el ambiente, lo que unido al cantar de fondo de pájaros e insectos transmite la sensación de sosiego que uno espera de un lugar como éste. El monasterio tiene varios restaurantes vegetarianos en los que desde 60 HK$ y armado de palillos puedes dar cuenta de varios platos de setas, verduras varias, rollitos y arroz. Para echar esto para abajo, un caldito consistente y una jarra de té rojo que puedes degustar en una tacita sin asas. Tras la comida, un paseíto por los jardines, y vuelves al hotel con el karma por las nubes. Qué más se puede pedir.

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2 respuestas hasta “Un Viaje de Iluminación”

  1. JJ said

    Mmmm, Starbucks…
    Se puede pedir haber estado ahí. Joé.

  2. Carlos said

    El Starbucks de Ngong Ping Village tiene una terracita desde la que te puedes sentar a tomarte el café y casi otear a Amithaba. No sé si el nirvana y la cafeína son compatibles, pero bueno.

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